APORTES MINIMOS PARA PENSAR UN PROYECTO DE PROVINCIA - PRIMERA PARTE.

domingo, 21 de septiembre de 2008

Cualquier obra que emprenda el ser humano debe, necesariamente, ser la concreción de una idea que se transforme en un proyecto serio, sustentable en el tiempo y que tenga viabilidad, es decir que pueda ser capaz de cumplir con los objetivos propuestos.

Si esta obra es un proyecto político que pretenda en cualquiera de los estamentos del estado -nación, provincia o municipio- fructificar y dar resultados tangibles, que no pueden ser otros que transformar la realidad para dar a los ciudadanos una mejor calidad de vida en todos los aspectos de esta (salud, educación, justicia, seguridad, calidad institucional, etc.) debe cumplir acabadamente con una planificación seria que reuna a todas fuerzas sociales, políticas y a todo tipo de organizaciones de la sociedad civil para la obtención de consensos básicos que conformen las políticas de estado, las cuales deberán central sobre el cual cualquier gobierno -del signo que resulte- movilice los recursos humanos, técnicos, científicos y naturales con los que cuenta.

Deben definirse los perfiles productivos, analizarse fortalezas, debilidades y oportunidades, para que los equipos de trabajo que deban encarar la planificación direccionen los esfuerzos tendientes al gran objetivo de generar producción, crecimiento y desarrollo.

Si bien existen estudios realizados en distintas geografías y en distintos países y siempre se ha considerado que si existe algo que resulte bueno, no es mala la idea de copiarlo, jamás debemos olvidar que las particularidades especiales de cada lugar y de quienes lo habitan hacen que sea necesaria una debida adecuación, o la generación de ideas innovadoras que permitan saltar de la postración a un estado de bienestar que es el anhelo ultimo de toda sociedad.

Los ejemplos de los milagros extranjeros (el milagro alemán, el chino, el de los llamados tigres asiáticos) se asientan sobre otras realidades geográficas políticas y humanas y solo pueden ser marcos referenciales de estudio y comparación, pero nunca es admisible la utilización de recetas mágicas que solo tienen como objetivo el nutrir a supuestos "iluminados" que tratan de tapar el sol con una mano, y sus promesas de campaña se transforman luego en nuevas sangrías para el pueblo en que se aplican (vg. recordar las "recetas infalibles del F.M.I.).

Es indispensable un diagnóstico real, profundo y absolutamente serio que contemple las ventajas comparativas, la situación geopolítica, la geografía, el tejido social y especialmente el comportamiento de la dirigencia en su más amplio contenido -social, empresarial, sindical, política- para tener un panorama claro y preciso del lugar desde el cual se parte y aquel al que se pretende arribar, como asimismo, los métodos, las herramientas y las posibilidades con que se cuenta, todo ello en consonancia con el momento histórico, político, económico y social del país y del mundo (sobre todo teniendo en cuenta que este se encuentra altamente globalizado).

Para lograr el desarrollo, el cual entiendo como un crecimiento armónico de todos los sectores y actores de la vida de una comunidad, debemos previamente y en forma ineludible, trazarnos un proyecto de provincia, el cual solo puede llevarse adelante partiendo de un acuerdo de fuerzas sociales y políticas que mediante el consenso permitan vehiculizar el cambio.

Este es el núcleo central de la cuestión, el esfuerzo cierto, efectivo y completo de una sociedad que pretende un cambio, una transformación que nos coloque a la altura de los tiempos en que vivimos.

Debemos comprender que sin la formación de equipos de trabajo multidisciplinarios, sin tener en claro las carencias, las potencialidades inexploradas o inexplotadas y una profunda vocación de cambio jamás podremos llegar a ningún objetivo y hemos de seguir viendo la constante peregrinación de nuestros funcionarios que reclaman al gobierno central de turno concesiones que permitan emparchar la trama social, la infraestructura o simplemente cumplir con los más básicos compromisos del estado.

No es la tarea de un solo hombre, ya que no existen ni deben existir los "hombres providenciales", ni de un grupo o tan siquiera de un partido político, sino de toda la sociedad que a partir de un amplio acuerdo social, político y económico ponga en movimiento los mecanismos que venimos indicando.

1 comentario:

Anónimo dijo...

pase por tu blog, buenas publicaciones