APORTES MINIMOS PARA PENSAR UN PROYENTO DE PROVINCIA. SEGUNDA PARTE

sábado, 27 de septiembre de 2008


A los fines de la implementación de lo que hemos denominado "proyecto de provincia", debemos inicialmente tener en cuenta que deben conjugarse factores de ponderación de distinta índole y que podíamos dividirlos en dos grandes grupos.

En el primero deberían incluirse los que conforman el diagnostico de fortalezas, debilidades y oportunidades con que se cuentan en la provincia, trazando los lineamientos generales y particulares de cada uno de los ejes sobre los cuales ha de centrarse el estudio y posterior esfuerzo en el crecimiento y el desarrollo.

En este primer grupo deben definirse los ejes de explotación y desarrollo de las potencialidades con que cuenta el territorio provincial, en los que deben tenerse especialmente en cuenta las aptitudes propias de la geografía, orografía, hidrografía y las condiciones sociales de los distintos departamentos o zonas en que se subdivide el territorio, como asimismo la situación geopolítica ( especialmente teniendo en cuenta la proyección de corredores bioceánicos dentro del contexto del MERCOSUR )

En un trazo grueso y apretada síntesis, sostendriamos inicialmente que los ejes básicos de desarrollo provincial, y sobre los que deben asentarse los consensos básicos en calidad de políticas de estado tendientes a proyectarse en el tiempo son:



  • La minería, desde las grandes explotaciones hasta las pequeñas que conforman el complemento de aquella, conjuntamente con todos aquellos emprendimientos económicos que tienden a servir de soporte a esta industria (proveedores, contratistas y sub contratistas, transporte, empresas de servicios de toda índole, etc.)



  • La Agroindustria, especialmente vinculada con la actividad olivícola y vitivinícola, tendiendo a elevar a esta ultima de simples emprendimientos considerados como de economía regional a productos con instalación nacional e internacional con denominación de origen y calidad certificada.



  • El turismo, para lo cual hay que tomar decisiones de distintas magnitudes, poniendo al alcance de inversores nacionales e internacionales las herramientas crediticias, facilidades impositivas, marco legal e infraestructura que permite el desarrollo de la actividad, la cual desde ya debe ser considerada industria y no comercio.



  • Las economías regionales con su potencialidad para la producción de especias, aromáticas, hilado y ciertos sectores de producción de grano (vg. Dpto Santa Rosa).



  • Agricultura y ganadería de la zona semi árida, mas aun cuando habiéndose producido en el país un claro corrimiento de la frontera agrícola, las consideradas zonas marginales son las que se encuentran llamadas a ser las que se hagan cargo de la producción cárnica necesaria para el consumo del país y la exportación a distintos mercados mundiales.

El segundo de los aspectos es aquel que conforme el diseño de las mecánicas a implementarse para posibilitar la concreción del proyecto, es decir la obtención de los consensos sociales y políticos necesarios para que las políticas que se propongan tengan el aporte y el apoyo de toda la sociedad de la provincia y se adopten como verdaderas "políticas de estado", tomando el termino político escindiéndolo de la política partidaria o de los intereses mezquinos, ya sean personales o de grupos de mayor o menos incidencia en el quehacer catamarqueño.


Dentro de este marco deben pensarse no solo los proyectos sino las herramientas y mecánicas de ejecución que deben estar dadas por la construcción común de un destino de superación socio económica que por una parte repare los daños del tejido social y por otro incentive la iniciativa privada con el debido control del estado que sera el principal diseñador de las lineas matrices que permitan la obtención de los logros propuestos.


La generación de las estructuras legales, la modificación de otras existentes, la conformación de equipos de pensamiento y trabajo y fundamentalmente la posibilidad de convocar al capital privado a que se sume a la iniciativa como el motor que impulse la reactivación económica y social de la provincia.


El rol fundamental de la educación interrelacionada con la industria, el campo, el comercio y cualquier actividad productiva, que permita la formación de técnicos, profesionales y científicos que conjuntamente con aquellos organismos nacionales e internacionales brinden aportes sobre las nuevas visiones de la economía y su articulación con la sociedad para su mejoramiento constante deben ser tenidos como el objetivo primordial y mas importante del proyecto.

Pero, el aspecto capital de cualquier emprendimiento de la magnitud de atreverse a pensar en un "proyecto de provincia", es decir obtener por la vía del trabajo, la inteligencia, el compromiso y la solidaridad la construcción de un futuro digno en un marco de armonía y desarrollo es que debe estar asentada en un consenso de todas las fuerzas políticas, sociales, económicas y de la sociedad civil en general.

No es admisible la posibilidad de que todo esto sea obtenido por la vía de la imposición, ya que las grandes políticas de estado, es decir aquellas que generaron los cambios trascendentales en las distintas sociedades y naciones del mundo siempre han sido el fruto de esfuerzos mancomunados, bajo normas serias, efectivas y aceptadas por el grueso de la comunidad dejando de lado las pequeñas o grandes miserias que se esconden detrás de algunos seres humanos o grupos de intereses sectoriales.

Los mecanismos de consenso se construyen con herramientas legales, institucionales, constitucionales, con consultas populares, con la participación de todos los estamentos sociales, de otra manera tienen destino de fracaso ya que el próximo gobierno pretenderá, como tantas veces lo hemos visto "refundar" la provincia o el país con la consecuencia inmediata de destruir lo construido hasta ese momento, malo o bueno para fijar su propia impronta, tal vez completamente alejada de las necesidades del verdadero destinatario del cambio que es el pueblo.











APORTES MINIMOS PARA PENSAR UN PROYECTO DE PROVINCIA - PRIMERA PARTE.

domingo, 21 de septiembre de 2008

Cualquier obra que emprenda el ser humano debe, necesariamente, ser la concreción de una idea que se transforme en un proyecto serio, sustentable en el tiempo y que tenga viabilidad, es decir que pueda ser capaz de cumplir con los objetivos propuestos.

Si esta obra es un proyecto político que pretenda en cualquiera de los estamentos del estado -nación, provincia o municipio- fructificar y dar resultados tangibles, que no pueden ser otros que transformar la realidad para dar a los ciudadanos una mejor calidad de vida en todos los aspectos de esta (salud, educación, justicia, seguridad, calidad institucional, etc.) debe cumplir acabadamente con una planificación seria que reuna a todas fuerzas sociales, políticas y a todo tipo de organizaciones de la sociedad civil para la obtención de consensos básicos que conformen las políticas de estado, las cuales deberán central sobre el cual cualquier gobierno -del signo que resulte- movilice los recursos humanos, técnicos, científicos y naturales con los que cuenta.

Deben definirse los perfiles productivos, analizarse fortalezas, debilidades y oportunidades, para que los equipos de trabajo que deban encarar la planificación direccionen los esfuerzos tendientes al gran objetivo de generar producción, crecimiento y desarrollo.

Si bien existen estudios realizados en distintas geografías y en distintos países y siempre se ha considerado que si existe algo que resulte bueno, no es mala la idea de copiarlo, jamás debemos olvidar que las particularidades especiales de cada lugar y de quienes lo habitan hacen que sea necesaria una debida adecuación, o la generación de ideas innovadoras que permitan saltar de la postración a un estado de bienestar que es el anhelo ultimo de toda sociedad.

Los ejemplos de los milagros extranjeros (el milagro alemán, el chino, el de los llamados tigres asiáticos) se asientan sobre otras realidades geográficas políticas y humanas y solo pueden ser marcos referenciales de estudio y comparación, pero nunca es admisible la utilización de recetas mágicas que solo tienen como objetivo el nutrir a supuestos "iluminados" que tratan de tapar el sol con una mano, y sus promesas de campaña se transforman luego en nuevas sangrías para el pueblo en que se aplican (vg. recordar las "recetas infalibles del F.M.I.).

Es indispensable un diagnóstico real, profundo y absolutamente serio que contemple las ventajas comparativas, la situación geopolítica, la geografía, el tejido social y especialmente el comportamiento de la dirigencia en su más amplio contenido -social, empresarial, sindical, política- para tener un panorama claro y preciso del lugar desde el cual se parte y aquel al que se pretende arribar, como asimismo, los métodos, las herramientas y las posibilidades con que se cuenta, todo ello en consonancia con el momento histórico, político, económico y social del país y del mundo (sobre todo teniendo en cuenta que este se encuentra altamente globalizado).

Para lograr el desarrollo, el cual entiendo como un crecimiento armónico de todos los sectores y actores de la vida de una comunidad, debemos previamente y en forma ineludible, trazarnos un proyecto de provincia, el cual solo puede llevarse adelante partiendo de un acuerdo de fuerzas sociales y políticas que mediante el consenso permitan vehiculizar el cambio.

Este es el núcleo central de la cuestión, el esfuerzo cierto, efectivo y completo de una sociedad que pretende un cambio, una transformación que nos coloque a la altura de los tiempos en que vivimos.

Debemos comprender que sin la formación de equipos de trabajo multidisciplinarios, sin tener en claro las carencias, las potencialidades inexploradas o inexplotadas y una profunda vocación de cambio jamás podremos llegar a ningún objetivo y hemos de seguir viendo la constante peregrinación de nuestros funcionarios que reclaman al gobierno central de turno concesiones que permitan emparchar la trama social, la infraestructura o simplemente cumplir con los más básicos compromisos del estado.

No es la tarea de un solo hombre, ya que no existen ni deben existir los "hombres providenciales", ni de un grupo o tan siquiera de un partido político, sino de toda la sociedad que a partir de un amplio acuerdo social, político y económico ponga en movimiento los mecanismos que venimos indicando.